Ante cualquier dolor o molestia en nuestros pies, es necesario acudir a un podólogo, pues podría tratarse de una patología o de alguna condición que debe ser tratada por un especialista.
Para las personas que sufren constantemente de lesiones en los pies, tobillos o rodillas o presentan molestias en las articulaciones al caminar, es importante contar también con la evaluación de un podólogo.
CUÁNDO ACUDIR SIN FALTA A UN PODÓLOGO
Callos o durezas
Esto para determinar qué está causando el roce constante y requerirle además un uso de calzado para pies delicados.
Dedos de martillo o dedos en garra
Se trate de un problema de nacimiento o no, la consulta al podólogo puede ayudarle a evitar molestias e indicar si necesita un calzado adecuado para que los dedos puedan estar estirados.
Pie plano o cavo
A quienes lo padecen, se puede requerir del uso de plantillas ortopédicas y calzado especializado para plantillas y así aliviar las molestias e incluso corregir el problema.
Hongos, sudoración excesiva y/o mal olor
Ya sea en las uñas o en los pies, en estos casos, será necesario observar las indicaciones y tomar los medicamentos fungicidas o antibacterianos que se receten.
Los hongos son contagiosos, suelen cogerse en piscinas y duchas. Cuando éstos se dan, se deben seguir una serie de medidas concretas y un tratamiento específico. Si utilizas plantillas o calzado ortopédico es necesario acudir periódicamente a un podólogo para una revisión.
Uñas encarnadas
El podólogo te ayudará detectar el problema en el caso de que se deba algún tipo de calzado y cuenta con herramientas para cortar las uñas de forma que el problema se minimice.
La DIABETES tiene como daños colaterales el riego insuficiente de las extremidades y la pérdida de sensibilidad en determinadas zonas. Por ello, si eres diabético y tienes alguna molestia los pies, conviene consultar al podólogo.
Recuerda la importancia de elegir calzado de calidad pensado especialmente para tu problema; el uso de zapatos para pies delicados es lo más recomendable.
CADA CUÁNTO ACUDIR A UN PODÓLOGO
Los NIÑOS han de realizarse al menos un reconocimiento podológico en período de crecimiento, Si existe reconocimiento de anomalías, estas se identificarán, y se propondrán en su caso tratamientos específicos para estabilizar la formación estructural del niño. El objetivo es mantener el correcto desarrollo de las estructuras del pie en esta fase que, además, afectan directamente al resto del cuerpo (rodillas, cadera, espalda).
En la EDAD ADULTA, de manera general y en condiciones normales, es recomendable acudir a las revisiones podológicas una vez al año, recuerda que la mejor forma de evitar la lesión es la PREVENCIÓN.
En la TERCERA EDAD las revisiones y visitas al podólogo deben ser más frecuentes. No solo se busca la prevención si no también tratar las alteraciones propias de la edad como: uñas engrosadas, durezas, “juanetes”, infecciones por hongos, entre otras anomalías, que si no se tratan pueden complicarse con el tiempo.
El paciente DIABÉTICO, sin importar la edad, debe acudir al podólogo cuando sea necesario para revisiones o tratamientos puntuales tanto si no son pie de riesgo, como si sí lo son (úlceras previas, pérdida de sensibilidad, durezas, anomalías en la pisada, etc.).
Para los DEPORTISTAS es aconsejable la consulta de valoración clínica y estudio biomecánico con el fin de conseguir la mayor eficacia en la categoría deportiva que se practique además de la prevención de lesiones. Los deportistas que compiten pueden revisar sus pies y tratamientos podológicos con antelación.
Los pies son elementos fundamentales ya que sustentan todo nuestro cuerpo. Cuidarlos nos ayudará a prevenir las afecciones en las caderas, rodillas, columna, articulaciones, entre otras cosas. Además, nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida.
Ante cualquier patología detectada o sospecha, agenda tu cita previa con nuestro Podólogo llamando al 922 100 313